Efectivamente, ha habido un crimen y no hace falta ser un detective para darse cuenta de que algo huele raro. Apesta demasiado dentro de las entrañas de Izquierda Unida. El Modus Operandi: el mismo. Se ha repetido con exquisita similitud una vez más. Previamente se ganaron las confianza del César (IU) para servirse de los privilegios que eso les reportaba (Alcaldía de Córdoba, Teniente Alcalde de Algeciras, numerosas concejalías…) antes de desenvainar los puñales y asestar traidores estoques a la ya moribunda víctima que ve con estupor ahora lo que no supo ver con claridad antes.
Dones y Doñas nadies que nunca fueron nada , y que creyeron aún menos en los ideales del partido, se han servido del mismo para lograr ingresar en el selecto club de los que dejaron la chaqueta de pana para vestir traje y corbata y ahora mueven los hilos. Todo esto, claro está, a costa de olvidar lo que un día prometieron: Lealtad hasta el fin hacía el trabajo por y para el cual fueron elegidos, desempeñándolo siempre acorde con los ideales de la izquierda que nos ha definido y diferenciado históricamente de esa otra izquierda que nos vendió y traicionó desde la mal llamada transición, cuando se posicionaron del lado de los vencedores, hasta los días de hoy donde inyectan capital público a los mismos culpables de una crisis que ha puesto en jaque al trabajador, y por ende a las millones de familias obreras.
En mi opinión, no hay sitio para socialdemócratas en el proyecto de futuro que debería encarar el PCE con fuerza y decisión, y es que éstos están más cerca del partido que renunció al marxismo, que de nosotros mismos. Lamentablemente Izquierda Unida ha sido infectada por demócratas keynesianos que han asimilado a pies juntillas las mentiras de las bonanzas y veleidades de este sistema injusto que ha manifestado claramente su incapacidad para lograr lo que se le presupone ha de realizar un sistema económico, el bienestar global de la sociedad. No sólo han aceptado las derivaciones económicas del keynesianismo, sino también el modelo democracia que se extrae del mismo, uno en consonancia con los poderes fácticos, económicos y morales, que perpetúa la pantomima de una democracia representativa de las desigualdades, y participativa, sólo para la élite económica, verdadero ejecutivo a todas las escalas de gobierno, ya sea éste nacional, autonómico o municipal.
Me tacharán de inmovilistas unos y de loco otros, pero creo firmemente, y ahora más que nunca, que es el momento de recobrar las siglas del PCE, de esta manera las ratas saldrán del barco en otra dirección evitándonos el lamentable transfuguismo explícito e implícito al que nos vemos sometido, y que nos resta credibilidad de cara al público, dando una imagen de partido en desbandada e incapaz de tomar las riendas del ejercicio del poder, siempre a la sombra del Partido Socialista. El PCE en este sentido, está mucho más autorizado moralmente que Izquierda Unida para dar un paso hacia delante y reivindicar el espacio que históricamente se ha ganado con sudor y sangre a lo largo de la historia.
Si, el César ha sido apuñalado una vez más, pero no nos preocupemos, Roma no paga traidores.
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jueves, 23 de abril de 2009
EL MIEDO DE LA IZQUIERDA
Ya hay nuevas elecciones a la vista, por lo tanto le aconsejo que se prepare si aún no lo está. Seguro que aún conserva todo el kit del buen simpatizante del partido, banderitas oficiales, pines, pegatinas con la cara del candidato/a etc. Es el momento de desempolvarlo para ser demócratas una vez más. Así que sacamos papel y lápiz… apuntamos las fechas de los mítines… (no vaya a ser que nos perdamos alguno cerca de casa por cosa de no recordarlo) y… a disfrutar…
Dentro de la política española, como viene siendo habitual desde hace veinte años, se recurrirá a la vieja dicotomía de la izquierda y la derecha para activar las conciencias de los responsables ciudadanos. Se nos hará creer que lo que está en juego una vez más es la inclinación de la balanza a favor de un lado u otro, y que por supuesto, nuestro peso, es imprescindible que se sume para decantarla a favor. Para convencernos están precisamente un grupo de expertos encargados de desarrollar un programa que convenza a través de la solidez de sus principios, lo pragmático de sus propuestas y que por supuesto identifique a la base de los votantes, aunque una vez en el poder, ya se sabe, donde dije digo… .
Este fenómeno de captación de votos es mucho más visible en la izquierda de nuestro país. Obligada a buscar apoyos en los sectores más progresistas de la nación, recurre a crear una suerte de programas cargados de guiños a los sectores más extremistas, así como medidas de alto calado social y económicas destinadas a acabar de una vez por todas con las desigualdades en este país. La finalidad de todo esto es simple: convencer de que votas a la Izquierda.
El problema comienza cuando los partidos de la izquierda alcanzan el poder, pues todo este proceso se invierte en busca de la ocupación del etéreo espacio que denominan el Centro. La izquierda timorata de este país tiene miedo de los sectores ultraconservadores, aquellos que a través de sus continuos azotes pueden desgastarlos en el ejercicio de poder , los mismos que moldean la opinión pública a su antojo. Se podría decir que la izquierda ha aprendido a tener más cerca a sus enemigos que a sus amigos. Paradójicamente el resultado de todo esto, es una izquierda que gobierna para la derecha, pues están más preocupado por mantener contentos a los sectores más retrógrados que de cumplir lo prometido. Es lo que algunos llaman consenso y lo que yo llamo cobardía y traición.
Si no cree lo que le digo, pregúntese qué ocurre con la Iglesia de este país, pues no es ningún secreto que Rouco y demás se les han subido a las barbas a pesar de que desde el gobierno no se ha cuestionado el tratado preconstitucional con la Santa Sede o la famosa casilla de la declaración, pregúntese también por qué los bancos tras recibir multimillonarias subvenciones por parte del Estado, encima se ponen chulos y se niegan a hacer caso al gobierno que les pide abran el grifo. En este país hay que pedir perdón por ser de izquierdas y llevar a cabo verdaderas políticas de izquierda, porque entonces eres radical y quieres abrir viejas rencillas, mientras que la extrema derecha se ha apropiado de la democracia y hace referencia continua a la libertad de expresión cuando alaban al Caudillo o exigen anulación de derechos como el aborto, al fin y al cabo no es de extrañar, pues esta democracia la hicieron ellos por y para ellos.
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Dentro de la política española, como viene siendo habitual desde hace veinte años, se recurrirá a la vieja dicotomía de la izquierda y la derecha para activar las conciencias de los responsables ciudadanos. Se nos hará creer que lo que está en juego una vez más es la inclinación de la balanza a favor de un lado u otro, y que por supuesto, nuestro peso, es imprescindible que se sume para decantarla a favor. Para convencernos están precisamente un grupo de expertos encargados de desarrollar un programa que convenza a través de la solidez de sus principios, lo pragmático de sus propuestas y que por supuesto identifique a la base de los votantes, aunque una vez en el poder, ya se sabe, donde dije digo… .
Este fenómeno de captación de votos es mucho más visible en la izquierda de nuestro país. Obligada a buscar apoyos en los sectores más progresistas de la nación, recurre a crear una suerte de programas cargados de guiños a los sectores más extremistas, así como medidas de alto calado social y económicas destinadas a acabar de una vez por todas con las desigualdades en este país. La finalidad de todo esto es simple: convencer de que votas a la Izquierda.
El problema comienza cuando los partidos de la izquierda alcanzan el poder, pues todo este proceso se invierte en busca de la ocupación del etéreo espacio que denominan el Centro. La izquierda timorata de este país tiene miedo de los sectores ultraconservadores, aquellos que a través de sus continuos azotes pueden desgastarlos en el ejercicio de poder , los mismos que moldean la opinión pública a su antojo. Se podría decir que la izquierda ha aprendido a tener más cerca a sus enemigos que a sus amigos. Paradójicamente el resultado de todo esto, es una izquierda que gobierna para la derecha, pues están más preocupado por mantener contentos a los sectores más retrógrados que de cumplir lo prometido. Es lo que algunos llaman consenso y lo que yo llamo cobardía y traición.
Si no cree lo que le digo, pregúntese qué ocurre con la Iglesia de este país, pues no es ningún secreto que Rouco y demás se les han subido a las barbas a pesar de que desde el gobierno no se ha cuestionado el tratado preconstitucional con la Santa Sede o la famosa casilla de la declaración, pregúntese también por qué los bancos tras recibir multimillonarias subvenciones por parte del Estado, encima se ponen chulos y se niegan a hacer caso al gobierno que les pide abran el grifo. En este país hay que pedir perdón por ser de izquierdas y llevar a cabo verdaderas políticas de izquierda, porque entonces eres radical y quieres abrir viejas rencillas, mientras que la extrema derecha se ha apropiado de la democracia y hace referencia continua a la libertad de expresión cuando alaban al Caudillo o exigen anulación de derechos como el aborto, al fin y al cabo no es de extrañar, pues esta democracia la hicieron ellos por y para ellos.
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