jueves, 23 de abril de 2009

EL CÉSAR

Efectivamente, ha habido un crimen y no hace falta ser un detective para darse cuenta de que algo huele raro. Apesta demasiado dentro de las entrañas de Izquierda Unida. El Modus Operandi: el mismo. Se ha repetido con exquisita similitud una vez más. Previamente se ganaron las confianza del César (IU) para servirse de los privilegios que eso les reportaba (Alcaldía de Córdoba, Teniente Alcalde de Algeciras, numerosas concejalías…) antes de desenvainar los puñales y asestar traidores estoques a la ya moribunda víctima que ve con estupor ahora lo que no supo ver con claridad antes.

Dones y Doñas nadies que nunca fueron nada , y que creyeron aún menos en los ideales del partido, se han servido del mismo para lograr ingresar en el selecto club de los que dejaron la chaqueta de pana para vestir traje y corbata y ahora mueven los hilos. Todo esto, claro está, a costa de olvidar lo que un día prometieron: Lealtad hasta el fin hacía el trabajo por y para el cual fueron elegidos, desempeñándolo siempre acorde con los ideales de la izquierda que nos ha definido y diferenciado históricamente de esa otra izquierda que nos vendió y traicionó desde la mal llamada transición, cuando se posicionaron del lado de los vencedores, hasta los días de hoy donde inyectan capital público a los mismos culpables de una crisis que ha puesto en jaque al trabajador, y por ende a las millones de familias obreras.
En mi opinión, no hay sitio para socialdemócratas en el proyecto de futuro que debería encarar el PCE con fuerza y decisión, y es que éstos están más cerca del partido que renunció al marxismo, que de nosotros mismos. Lamentablemente Izquierda Unida ha sido infectada por demócratas keynesianos que han asimilado a pies juntillas las mentiras de las bonanzas y veleidades de este sistema injusto que ha manifestado claramente su incapacidad para lograr lo que se le presupone ha de realizar un sistema económico, el bienestar global de la sociedad. No sólo han aceptado las derivaciones económicas del keynesianismo, sino también el modelo democracia que se extrae del mismo, uno en consonancia con los poderes fácticos, económicos y morales, que perpetúa la pantomima de una democracia representativa de las desigualdades, y participativa, sólo para la élite económica, verdadero ejecutivo a todas las escalas de gobierno, ya sea éste nacional, autonómico o municipal.
Me tacharán de inmovilistas unos y de loco otros, pero creo firmemente, y ahora más que nunca, que es el momento de recobrar las siglas del PCE, de esta manera las ratas saldrán del barco en otra dirección evitándonos el lamentable transfuguismo explícito e implícito al que nos vemos sometido, y que nos resta credibilidad de cara al público, dando una imagen de partido en desbandada e incapaz de tomar las riendas del ejercicio del poder, siempre a la sombra del Partido Socialista. El PCE en este sentido, está mucho más autorizado moralmente que Izquierda Unida para dar un paso hacia delante y reivindicar el espacio que históricamente se ha ganado con sudor y sangre a lo largo de la historia.
Si, el César ha sido apuñalado una vez más, pero no nos preocupemos, Roma no paga traidores.

1 comentario:

  1. Me alegra leerte (y también ser la primera persona en dejarte un cachito ^^). Un abrazo desde el país de la aceituna.

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