lunes, 4 de enero de 2010

HARINA DE OTRO COSTAL

La opinión pública y los medios de comunicación, han puesto el grito en el cielo al salir a la luz la decisión adoptada por algunos gobiernos de permitir realizar “escaneres” a los pasajeros en los aeropuertos, mostrando a éstos como sus madres los trajeron al mundo.

Desde aquí podríamos fácilmente abordar el tema como una cuestión de renuncia a libertades a cambio de algo etéreo y poco tangible llamado, seguridad. Sin embargo permítanme que haga otra lectura de la noticia. Esto es, la clase política una vez más juega a dirigir y controlar la vida diaría de los aturdidos ciudadanos desde sus despachos, sin importarles si ésta o aquella ley viene a entorpecer aún más el día a día de los que sufren sus decisiones, y digo los que sufren, y aquí es donde quería llegar, porque ellos no acarrean con las consecuencias de sus nefastas políticas. ¿O se imaginan a un ruboroso miembro de la policía contemplar al presidente del Gobierno español en paños menores? Obviamente no, como tampoco es fácil imaginar al hijo de cualquier diputado o miembro de cualquier estamento gubernamental o autonómico asistiendo a un colegio público, dónde la falta de profesores y la cada vez menor inversión pública aumentan las diferencias entre los que asisten a estos centros y aquellos que asisten a las escuelas privadas y concertadas, alargando la brecha entre clases sociales. Siguiendo esta línea, visualicen si pueden, sé que es difícil pero traten de hacerlo, a Bono o Rajoy llevando a su suegra a la consulta del médico de cabecera, el mismo que, sin mirarles casi a la cara, les invita a solicitar un volante para ver al traumatólogo para dentro de unos cuantos meses, cuando quizá su rodilla ni lo necesite.
No quiero ponerme espeso poniendo ejemplos, pero no me resisto por lo hilarante del asunto, a que se figuren a cualquier político o retoño de éstos, en la cola del paro durante horas... Lo siento, es demasiado complejo para imaginar, sé que me he excedido...
Pero podríamos seguir citando numerosas ocasiones en las que los verdaderos problemas cotidianos que afectan al pueblo, es decir, la inmensa mayoría de la humanidad, no sólo son ajenos a nuestros representantes políticos, votados en su ocasión para solucionarnos todas las visicitudes, sino que además les importa un comino y les quedan muy lejos. Y es que para saber si a un plato que se está preparando le falta o sobra algo, hay que saber que se está cocinando pringándose las manos y probándolo, de la misma manera que para solventar el problema educativo, la violencia en las aulas o la sanidad y el paro, hace falta una casta política que lo pruebe y sepa qué se cuece en la vida real.

1 comentario:

  1. Que decir si tienes toda la razon y desde aqui te doy un fuerte aplauso y como ejemplo que no se si sera el mas adecuado pero con lo que a expresado nuestro amigo aqui y con motivo de los carnavales os dejo este enlace como tambien ejemplo http://www.youtube.com/watch?v=irogj0t5NR8

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